Constituye para mí un honor a la vez que un agrado, la designación que me ha hecho el señor Decano de la Facultad de Ciencias jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile para recibir en este solemne acto al nuevo Miembro Académico de la Corporación, el Profesor Moisés Poblete Troncoso, mi compañero de tantas actividades universitarias y sociales similares, y el amigo de toda una vida. Evoco con nostalgia en estos instantes nuestros encuentros en Ginebra, la bella ciudad situada en un cuadro maravilloso, a las orillas de un lago pleno de encanto y romanticismo, al pie de los Alpes, con el nevado Mont Blanc al fondo del paisaje. No olvido los tiempos ya lejanos, de la antigua Sociedad de las Naciones, cuando la elocuencia fascinadora y humanitaria de Briand infundió el llamado espíritu de Ginebra, internacional y pacifista y de Unión Europea, el cual más tarde será arrasado por la barbarie nazi; entonces dirigía la Oficina Internacional del Trabajo, Albert Thomas, creador y alma de la Organización, apóstol del Derecho Social y de la protección de los trabajadores en todos los países del orbe; poseído de idéntico ideal, Moisés Poblete Troncoso colaboró con él, ocupando un alto puesto en aquella oficina. En la misma época, el filósofo de la intuición, Henri Bergson, y el político y ensayista Edouard Herriot, ambos franceses, fundaron dentro de la Sociedad de las Naciones, la Organización Internacional de Cooperación Intelectual, ese 'Société des Esprits', como la llamó el poeta Paul Valéry, destinada a instaurar por encima de las fronteras políticas, una internacional apacible de las inteligencias; la obra de la Cooperación Intelectual ha tenido un gran desarrollo en Chile, a través de los institutos culturales binacionales; en ellos también ha actuado entusiasta. Moisés Poblete, en los cargos de Presidente del Instituto Chileno-Suizo y de Director en el Chileno-Francés; él está vinculado por lazos estrechos a Suiza, en cuyo territorio ha residido varios años, y con Francia, nación a la cual lo unen afinidades culturales.

La biografía, los títulos universitarios, las actuaciones y las obras del nuevo académico, darían lugar a un largo estudio que excede a los cortos limites de la presente disertación; me reduciré pues, a señalar los rasgos más esenciales de sus actividades. En la Universidad de Chile, en las Escuelas dependientes de su Facultad de Ciencias jurídicas y Sociales, el catedrático que hoy recibimos desempeña los siguientes cargos; Director del Seminario de Ciencias Económicas y Sociales de la Escuela de Derecho de Santiago; Profesor de Derecho Social y de Técnica de Investigación Social en la Escuela de Servicio Social; Profesor de Relaciones y Organismos Internacionales en la Escuela de Ciencias Políticas y Administrativas. Es asimismo Profesor Extraordinario de Economía Social, hoy Derecho del Trabajo; él fue uno de los iniciadores en Chile del estudio de esta disciplina jurídicosocial, del Derecho nuevo, dinámico, protector de los económicamente débiles, derecho del porvenir.

Son numerosos los institutos, organismos y asociaciones de diferentes países, de los cuales es miembro el Profesor Poblete; entre estas entidades de índole sociológica o de Derecho Internacional, cabe citar la Société Economie Politique de París, la American Academy of Political and Social Science, el Instituto Internacional de Sociología de Oslo, la Sociedad Internacional de Derecho Social; es miembro correspondiente de los institutos de Derecho del Trabajo de Santa Fe, de Córdoba, de la Habana, del Instituto Mexicano de Derecho Social.

Entre las funciones que ha desempeñado en Chile, en el extranjero y en organizaciones internacionales, señalaré las que siguen: muy joven fue Director General del Trabajo de Chile. Subsecretario del Ministerio del Trabajo, recién fundado; con anterioridad el Presidente don Arturo Alessandri Palma le había confiado la honrosa misión de redactar el Proyecto de Código del Trabajo y de la Previsión Social, de conformidad con las aspiraciones renovadoras del movimiento popular de 1920; aquel proyecto, del cual son diversos títulos casi todas las leyes que se dictaron el 8 de Septiembre de 1924, constituye el origen de la mayor parte de la legislación social chilena vigente hoy día. En Septiembre de 1949 se conmemoraron los veinticinco años de las leyes sociales rindiéndose un merecido homenaje a don Arturo Alessandri Palma, al cual se asoció con toda justicia el Profesor Poblete Troncoso; se realizó al efecto un acto solemne en el Salón de Honor de la Universidad de Chile, y en Concepción se hizo a don Arturo una cariñosa apoteosis en su calidad de creador de las leyes protectoras de los trabajadores.

Entre 1927 y 1940 nuestro académico tuvo una destacada posición en el campo social internacional al desempeñar con una laboriosidad ejemplar, que pude comprobar personalmente en varias ocasiones, la importante función de jefe del grupo latinoamericano de la Oficina Internacional del Trabajo de Ginebra. La OIT y la Sociedad de las Naciones le confiaron misiones, entre otras las de delegado a la conferencia de Organización Científica del Trabajo en Roma en 1929, a la Internacional de Inmigración de La Habana, y la de estructuración de los servicios del Trabajo de Cuba; y se le encomendó el estudio de las condiciones de vida y trabajo de los indígenas en el Perú. Fue el organizador con notable éxito de la Primera Conferencia Regional de los Estados Americanos miembros de la OIT, reunida en Santiago en 1936, como también corresponsal de la OIT en Chile; Vicepresidente Ejecutivo del Seguro Social de Chile en 195152; Presidente del Comité .Mundial de las Naciones Unidas de Expertos sobre la Esclavitud; invitado por el gobierno de los Estados Unidos como Experto en Derecho Social para la Biblioteca del Congreso de Washington; invitado por la Academia Interamericana de Derecho Internacional a participar en su reunión anual y dictar conferencias en 1960; enviado hace poco por el Banco Interamericano de Desarrollo de Washington para estudiar el desarrollo social en los sectores rurales de Venezuela, Colombia y Ecuador.

Sería imposible referirnos a las veinte obras publicadas por el Profesor Poblete Troncoso y a sus innumerables artículos aparecidos en revistas y en diarios nacionales y extranjeros. Sólo enumeraremos algunos de sus libros, a saber: 'Legislación social en América Latina', en dos volúmenes, publicada con mucha oportunidad en 1929, en una época en que las leyes laborales de nuestro continente eran aún poco conocidas; 'Ensayo de bibliografía social en América Latina' (1936), utilísimo como elemento de información, estudio en el cual el autor muestra su acuciosa laboriosidad; 'Problemas sociales y económicos de la América Latina' (1936), visión armónica de algunos aspectos de la evolución social de nuestro continente desde los períodos precolombino y colonial, muy provechoso para los estudiantes; 'El Standard de vida de las poblaciones de la América Latina' (1942) ; 'Evolución del Derecho Social en América' (1942); allí encontramos datos de interés sobre el origen de la legislación social chilena; 'El movimiento obrero de la América Latina', editado por el Fondo de Cultura Económica de México en 1915; 'Derecho del Trabajo y la Seguridad Social en Chile', Editorial jurídica, en 1949; 'La Comunidad Internacional contemporánea Relaciones y Organizaciones Internacionales', aparecido en 1959, que da una noción clara de la ONU y de sus organismos especializados; esta obra de actualidad ofrece a estudiantes y al público informaciones amplias acerca de la estructura de la comunidad internacional. Su último libro, publicado en inglés en New York, el año pasado, 'The rise of the Latin American Labor Movement', nos presenta el movimiento obrero y sindical en cada uno de los países de América Latina; un ensayo de conjunto y de síntesis de esta naturaleza llena una verdadera necesidad, pues permite fácilmente informarse a quienes desean conocer la acción sindicalista en las diferentes naciones de nuestro continente, sin tener que recurrir a búsquedas difíciles.

La obra de Moisés Poblete Troncoso se caracteriza por la minuciosa documentación y la abundante bibliografía, siendo la vasta producción de un profesor y de un investigador. El nuevo académico tiene un bien merecido título para la distinción de que lo hace objeto la Facultad de Ciencias jurídicas y Sociales porque ha destinado lo mejor de su existencia a las actividades universitarias en la cátedra, en los seminarios, en sus conferencias, en sus publicaciones; es preciso subrayar que en 1958 donó su rica biblioteca, especializada en materias sociales, a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile.

Además este maestro está poseído de un auténtico sentido de la libertad, siendo contrario a todo totalitarismo, cualquiera que sea su origen; durante la última guerra defendió calurosamente la causa del derecho atropellado por el imperialismo inhumano y racista nazi; fue Presidente de la unión para la Victoria, entidad destinada a orientar la opinión pública chilena en favor de la causa aliada. Está compenetrado del concepto de democracia social, el único posible para comprender, interpretar y enseñar el Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Este Nuevo Derecho, como lo llamó el Doctor Alfredo Palacios, renovador de los viejos moldes jurídicos tradicionales, se alza como símbolo de la humanización y moralización del derecho; es antiindividualista pero respetuoso de los fueros de la personalidad del hombre; surge a manera de poderosa fuerza expansiva, revolucionario en el verdadero sentido de la palabra, porque inspirado en los ideales de la justicia social, tiende a una más equitativa distribución de las riquezas y rentas colectivas mediante una transformación realizada sin violencia en la estructura de la sociedad.

Para un profesor de Derecho del Trabajo es una misión gratísima recibir en la Facultad como Miembro Académico a un infatigable estudioso, dedicado al cultivo de esta disciplina jurídica, obteniendo en él óptimos frutos que han contribuido al progreso del Derecho Laboral chileno; las leyes sociales de la República mucho deben a Moisés Poblete Troncoso; a él corresponde cierta paternidad en ellas como redactor del Proyecto de Código del Trabajo que le encomendara el Presidente don Arturo Alessandri Palma. Termino las presentes palabras celebrando una vez más la elección hecha por la Facultad de un maestro de Derecho Social para un cargo honorífico, pues ello significa que la Corporación está dando la importancia que merece a una asignatura, a la cual hasta hace poco no se consideraba en su verdadero valor. Al propio tiempo, felicito de todo corazón, muy cariñosamente, el nuevo Miembro Académico, quien estoy cierto aportará a la Facultad un bagaje de conocimientos y de experiencias, muy necesarios para el progreso y dinamismo de las Ciencias jurídicas y Sociales, cuya constante renovación debe seguir el vertiginoso ritmo de la vida de nuestros tiempos.